Las opciones híbridas suelen ser consideradas como una opción intermedia entre una opción y otra. De esto no hay duda, ya que combinan ciertas cosas de una opción con ciertas cosas de otra. Hasta aquí, no hay dudas, pero claro esto es la teoría. la práctica quizás es diferente.
En el momento actual en el que vivimos, la incertidumbre nos envuelve y es cuanto menos complicado elegir en base a todas las opciones que existen. Hace unos años era sencillo, había para elegir entre diésel y gasolina, pero ahora el abanico es inmenso, y debido a la gran cantidad de información que existe al respecto, decantarse por un tipo de movilidad u otra es una tarea "de chinos", que suele decirse.
Elegir la movilidad eléctrica puede parecer la opción más sensata y cuidadosa con nuestro planeta, pero, ¿es así? De elegir tomar la opción de los voltios, ¿qué variante elijo? Porque también hay variantes. ¿Nos decantamos por la opción enchufable o por la opción de baterías?. Puede ser arriegado, pensarán algunos, porque pasar de depender tan sólo de la gasolina a pasar a depender de sólo la electricidad no suena como una opción muy "segurola". Teniendo en cuenta que las autonomías bajan, pueden verse muy influenciadas por las condiciones climatológicas y por el uso del pedal del acelerador, la ansiedad puede apoderarse de ciertos conductores.
Y hay más temas, esos precios que parece que no bajan mucho, y que si comparamos con vehículos equivalentes de combustión interna, parecen mucho más caros a igualdad de categorías de vehículos... pues no ayuda. Bueno hablando de ayudas, las hay gracias a gobiernos y Unión Europea, ¿pero cuándo? Muchos siguen esperando que esos fondos lleguen a sus bolsillos, y ya han comprado el vehículo hace meses. Esto no puede ser, las ayudas las necesitamos en el momento de comprar un vehículo, no un año y medio después.
Podemos decir que los vehículos híbridos están considerados como el paso intermedio entre combustión y los totalmente eléctricos, aunque la teoría de porqué representan la transición, no está tan clara. En principio, los híbridos suponen una reducción de emisiones ya que suelen combinar un motor de combistión interna con uno electrico, al menos. De esta manera se reduce la contaminación ya que el motor eléctrico ayuda a que el de combistión contamine menos. Bueno, sí y no, ya que en general, el motor eléctrico debe compensar el peso de las baterías, y trabaja más que en un vehículo de combustión, por lo que las emisiones y la contaminación siguen siendo elevadas.
Otra teoría es que los híbridos suelen ser más eficientes en términos de consumo de combustible debido a su capacidad de recuperar energía durante las maniobras de frenado (regeneración) y debido a utilizar el motor eléctrico en situaciones de baja demanda de potencia. Lo mismo, sí y no, en unas ocasiones es así. En otras no tanto, ya que suele aumentar el peso del vehículo de manera considerable, y por tanto las eficiencias de los motores no son tan buenas.
Los híbridos nos liberan de la dependencia del enchufe, la reducen. Los 100 % eléctricos dependen de la electricidad siempre, pero los híbridos pueden recargarse gracias al motor de combustión interna en movimiento, eliminando la ansiedad por la autonomía, un problema del que hablaremos otro día, y que experiementan muchos conductores. Sí, menor dependencia del enchufe por parte de los híbridos, pero de nuevo el coste energético aumenta, y no suele tenerse en cuenta.
Para muchos consumidores, cambiar a un vehículo totalmente eléctrico puede ser un gran salto debido a preocupaciones sobre infraestructura de carga, autonomía o coste inicial. Los híbridos ofrecen una transición más gradual, permitiendo a los conductores familiarizarse con la tecnología eléctrica mientras conservan la familiaridad y confianza en los motores de combustión interna. Aquí poco a añadir, los híbridos suponen no cambiar de golpe al tan diferente vehículo eléctrico, aunque por otra parte, una vez que hay que cambiar, es más simple hacerlo tan sólo una vez.
Los híbridos contribuyen a la preparación de la infraestructura de carga para los vehículos eléctricos. Lo explicamos, a medida que más personas utilizan coches híbridos enchufables (PHEV), se incrementa la demanda de estaciones de carga, lo que acelera la expansión de esta infraestructura necesaria para los vehículos eléctricos puros que irán llenado nuestras carreteras y calles en los próximos años. En este caso sí podemos decir que son una buena preparación para lo que viene.
También los fabricantes de vehículos utilizan los vehículos híbridos como fuentes de tecnología y conocimiento para crear mejores opciones eléctricas puras. Desarrollo y perfeccionamiento de tecnologías que son cruciales para los vehículos 100 % eléctricos, como los sistemas de baterías, los motores eléctricos y la gestión térmica.
Transición quizás sí, aunque como hemos comentado ya algunos, desventajas poco explicadas también. Se reducen los tamaños de sus depósitos de combustible, lo que nos hace repostar con más frecuencia. La capacidad de funcionar sólo en modo eléctrico no suele ser suficiente para llevarnos muy lejos, aplicable para ciudad, pero nada más. Gran peso del sistema eléctrico que contribuye a poca estabilidad en curvas. Cambio de la distribución de pesos que se acentúa más a altas velocidad o subiendo o bajando, lo cual contribuye a una manejabilidad diferente. Y así un largo etc.
Los híbridos pueden ser un paso intermedio, o quizás no en según que cosas, pero está claro que son un buen banco de pruebas, tanto para fabricantes como para clientes y conductores. Depende de cada uno si queremos adaptarnos a los híbridos o pasar directamente a los eléctricos puros, siempre y cuando no despunte alguna otra opción de movilidad como el hidrógeno u otras opciones. Veremos.
Adrián Osés, Locos del Motor
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