El proceso de pintar un vehículo nuevo es bastante complejo ya que requiere de diferentes técnicas, un gran espacio y una gran precisión en las diferentes tareas.

Cada fabricante lo hace de manera diferente, pero el concepto general suele ser muy similar. El objetivo es siempre el mismo, que la pintura del vehículo aguante las inclemencias meteorológicas y el paso del tiempo durante toda la vida útil del mismo. Para asegurarse del cumplimiento, las marcas hacen test exhaustivos en condiciones extremas. Además, tienen que validar sus zonas y procesos de pintura, y nosotros te vamos a contar los números más importantes.

Estos números son relativos a vehículos de serie de tamaño medio o compactos (en este caso sirve de ejemplo el nuevo SEAT León, otras marcas tienen números similares para vehículos equivalentes). Los vehículos de pequeño tamaño, deportivos, premium y SUV tienen mayores o menores números a los expuestos según los estándares de cada marca.

Cada carrocería está durante 6 horas dentro del proceso de pintado para asegurar el mejor pintado y acabado final. Además, cada carrocería recorre hasta 9 piscinas donde se sumerge para prepararla para el pintado y protegerla contra la corrosión.

Lo que comentábamos del espacio, las piscinas ocupan muchos metros cuadrados. En concreto en la factoría de Martorell 51.500 m2, donde trabajan 314 personas y 32 robots de pintura.

Las inmersiones en las piscinas van alternadas con otros procesos como por ejemplo la aplicación de masillas sellantes para que la carrocería sea estanca frente al agua una vez sea vendida al cliente entre otras cosas. Tras las masillas y los baños preparatorios, los siguientes protagonistas son los hornos, 6 en total para el León, con temperaturas que varías entre 45 y 180º C. Estos “cocinados” duran entre 30 y 45 minutos.

A continuación, las carrocerías llegan a las cabinas estancas donde nada que pueda estropear el proceso pueda entrar. El polvo, las pequeñas partículas y los residuos de cualquier clase no son bienvenidos aquí para asegurar un acabado espléndido y poder aplicar la pintura después.

La pintura a alta presión se depositará en cada carrocería gracias a 84 robots que la lanzan en espray en un total de 7 capas. Curioso que cada carrocería tan sólo necesite 2,5 kilogramos de pintura para quedar resplandeciente y estupenda. Imaginad cuanta pintura utilizaríamos de hacerlo a mano y dando 7 capas…

No acaba aquí el proceso, ya que hay que calentar las carrocerías de nuevo entre 21 y 25º C para asegurar el curado de la pintura, y después hay que asegurar que el proceso ha dado el resultado correcto. Para ello la luz ultravioleta se alía con las cámaras de inspección que lanzan miles de fotos por segundo para detectar cualquier tipo de problema o impureza. Si está todo bien, un reluciente SEAT León dejará la nave de Pintura para comenzar con el ensamblado de las siguientes piezas. De haber cualquier tipo de problema, éste se identificará y se reprocesará el vehículo hasta dejarlo perfecto.

Así contado puede parecer un proceso sencillo por una parte e interesante de ver por otra. Así que, si tenéis la oportunidad de entrar a una nave de Pintura de vehículos, os recomendamos que no dejéis pasar la oportunidad. Por otra parte, no es fácil que la tengáis ya que las marcas no suelen permitir que nadie ajeno entre por reducir riesgos de posibles contaminaciones.


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