La ingeniería y el desarrollo de los neumáticos de competición es clave para mejorar las competiciones de motorsport ya que el alto rendimiento es necesario en todas las partes del vehículo.

Los neumáticos deben garantizar la seguridad de los competidores y darles las mejores prestaciones para poder ser cada día más rápidos. Para que los neumáticos de competición sean tan buenos, no vale con fabricarlos como los neumáticos de serie, sino que el proceso es diferente.

La primera fase es la de definición, que tiene como objetivo establecer las metas específicas de este neumático de altas prestaciones. Para ello se tienen en cuenta más de 50 criterios, siempre yendo más allá para conseguir neumáticos cada vez mejores.

Los neumáticos de competición son, en la mayoría de ocasiones, adaptados al súper vehículo que los va a montar. Los fabricantes de vehículos o equipos de competición suministran los datos más relevantes al fabricante de neumáticos de competición. Entre otros, son: eficiencia de combustible, aerodinámica, agarre en superficie mojada y seca, resistencia al aquaplanning, la estabilidad en curvas y altas velocidades, etc.Es la fase fundamental para determinar el diseño final del neumático.

La siguiente fase es la de diseño del neumático. Para diseñar se utilizan las tecnologías más innovadoras y suelen intervenir el diseñador creativo y el diseñador técnico. El creativo se centra en el aspecto de la banda de rodadura y en los flancos, mientras que el técnico se centra en el rendimiento. Para conseguirlo define surcos, bloques, canales y demás componentes que impactan directamente en el agarre, la resistencia al aquaplaning, la manejabilidad, el ruido y el rendimiento global.

En la tercera fase se definen la estructura y compuestos del neumático. La estructura es fundamental según que se necesite del neumático. Hay muchas variantes de compuestos y materiales de refuerzo que hacen ganar en unas características y perder en otras. Encontrar el equilibrio para conseguir lo que se necesita es complicado, y la mejora es continua gracias a los laboratorios y ensayos.

Materiales como la sílice, el nailon, e incluso el kevlar ayudan a mejorar las propiedades y por tanto el rendimiento del neumático. Todo ello influye en el equilibrio, la resistencia a la rodadura, el agarre o la distancia de frenado, y puede que la milésima de segundo que se pueda ganar de una victoria o incluso un campeonato. Para que os hagáis una idea de la importancia de los neumáticos de competición. Pueden hacernos ganar o perder un título.

Como en todo proceso, la fase de tests va al final, y en este caso sería la cuarta y penúltima fase. Los neumáticos fabricados son prototipos y se ensayan en laboratorios de ensayo y en los propios vehículos. Los equipos de pruebas trabajan codo con codo con el equipo de competición revisando la telemetría y los datos para sacar conclusiones y ver que se necesita mejorar. Una vez determinen que es necesario mejorar, se ponen acciones para mejorar los prototipos y hacer una puesta a punto lo mejor posible.

Las pruebas que se realizan están ligadas con resistencia, velocidad, potencia, frenada, adherencia en distintas superficies (también mojadas o secas), etc. Como hemos comentado hay pruebas internas (laboratorios) y externas (en circuito).

Por último, la fase de montaje sucede al proceso de desarrollo. El fabricante de neumáticos de motorsport suministra las gomas a los equipos de manera regular y ya los equipos se encargan de tomar datos del vehículo completo, sacar sus conclusiones y hacer las pruebas que crean oportunas.

Normalmente los fabricantes de neumáticos suelen tener técnicos en las competiciones que se encargan de recopilar datos de sus neumáticos para mejorar sus productos y seguir avanzando en investigación y desarrollo. Mejora continua que les hace poder reaccionar a cambios y mejoras en los vehículos.


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