Cada vez son más habituales los "experimentos" de vehículos modificados con pieza o partes de otros coches, con resultados buenos y no tan buenos. Hay mucho tiempo libre o gran afición a la mecánica del automóvil que hacen que algunos resultados sean espectaculares.
Un claro ejemplo es el Toyota GT 86 del vídeo de hoy, que monta motor Ferrari, concretamente del Ferrari 458 y derrapa que no veas. Aunque en la grabación del vídeo (por cierto por parte de un hermano de motor) surgen ciertos imprevistos, podemos ver al Toyota-Ferrari 4586 haciendo "drifting" del bueno. Increíble el control del piloto y la espectacularidad de las imágenes grabadas desde el interior del vehículo y de cerca para no perder detalle con el Ferrari.
No hay mucho más que decir, sino que ver, ahí va la maravilla:
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