Si algo ha caracterizado a la marca MINI a lo largo de toda su historia, es que sus diseños eran de menor tamaño que sus competidores, aunque hoy en día, las cosas han cambiado y mucho. La tendencia general del mundo del automóvil ha sido de aumentar las diemensiones de los vehículos.
Tanto anchura, como largura, como altura, se han visto incrementadas en la gran mayoría de modelos, y de forma considerable. Basta con intentar aparcar nuestro vehículo, sea cual sea, en un parking antiguo. La mayoría de vehículos tienen problemas para caber en las plazas antiguas, incluso muchos se ven obligados a dejar el morro o la parte trasera fuera de la plaza de aparcamiento. Haced una reflexión rápida y os daréis cuenta de que esta es la realidad, aunque es probable que ya os hayáis dado cuenta.
El tamaño de un Volkswagen Polo de las últimas 2 décadas, por ejemplo, es el tamaño de un Volkswagen Golf de hace 20 años o más, o incluso las proporciones todavía son mayores. Y así con prácticamente todas las marcas y modelos. Tendencia clara a ser más grandes. Además, la proliferación de los vehículos SUV en los últimos años, ha aumentado la altura media de los vehículos.
En MINI, parecía que se resistían a crecer tanto como lo han ido haciendo sus competidores. Obviamente, también han ido creciendo con los años para dar a sus clientes el confort demandado dentro del habitáculo, pero lo de los últimos años ha sido, quizás exagerado. Los MINI han dejado de ser tan "mini" como antes, e incluso el propio Mister Bean se sentiría raro en uno de los nuevos modelos de la marca británica.
Es probable que el propio mercado y las tendencias seguidas por los clientes compradores de coches, haya "forzado" a la sub marca de BMW a aumentar el tamaño de sus modelos de manera considerable. Incluso el nuevo Countryman lanzado hace pocos meses, es un auténtico SUV de gran tamaño (en realidad no es de gran tamaño, pero dado el cambio lo parece) para competir con otros grandes vehículos del mercado como el BMW X1, el Lexus UX, el Audi Q3, el Cupra Formentor o el Volvo XC40, entre otros muchos.
Su longitud es de 4,44 metros, que no está nada mal para ser un MINI, y puede albergar hasta 5 adultos en su interior sin problemas. El interior es llamativo la verdad, y sorprende su "pantalla redonda" de mando con la que se puede controlar prácticamente el vehículo completo. Podemos hacernos con cualquiera de las 3 versiones gasolina, 1 versión diésel y 2 eléctricas. Lo sorprendente, que no apuestan por ninguna versión híbrida, algo relativamente raro a estas alturas, pero seguro que los del Grupo BMW tienen alguna explicación al respecto.
La versión de motorización que más destaca es la John Cooper Works de 300 CV's de potencia y gasolina, aunque el resto sorprende también por su tamaño, como decíamos. A la hora de conducir, sinceramente se puede comparar con el Q3, Formentor, XC40 y demás rivales que ya mencionábamos más arriba, pero tampoco se les parece tanto. En realidad, para nosotros no tiene ninguna cualidad en la que supere a sus rivales, e incluso pierde en confort de acústica en el interior o suspensión.
Otro tema, su precio entre más o menos 40 y 60.000 € no lo hace del todo atractivo, aunque algunas versiones son algo más baratas que otros vehículos equivalente de otros fabricantes, y otras son un poco más caras. En definitiva, precios similares y un vehículo algo diferente al resto, con esencia de muy diferente, aunque ya no lo sea tanto.
Ahora bien, tampoco podemos decir que sea una mala opción. Dentro de los SUV, es más de lo mismo. Si queremos tener un vehículo diferente como ocurría años atrás con los MINI, tampoco es diferente al resto. En nuestra opinión, MINI ha perdido su esencia con este nuevo Countryman, y seguro que el señor Mister Bean ya no pensará en comprarse uno para ser diferente, como él siempre ha sido. Eso sí, no deja de ser un buen vehículo.
Adrián Osés, Locos del Motor
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