¿Quién no ha jugado de pequeño con un circuito de Scalextric? O incluso con varias variantes
de circuito ya que podías hacer combinaciones de piezas para hacer diferentes trazados de
carreras. Fue y probablemente es uno de los juguetes favoritos en casa.
Lo que la mayoría de gente no conoce es su origen y diversas curiosidades que os vamos a
contar hoy. La primera de ellas es que Scalextric es una marca y no el juguete en sí. Hubo y hay
varias marcas/fabricantes, pero el juguete siempre fue, y será conocido como Scalextric.
Su origen es el modelismo, que se remonta a la antigüedad cuando los artesanos construían
modelos a escala reducida de sus productos para mostrar a sus clientes sin tener que construir
su obra completa antes de recibir el encargo. Ahora no se construyen por el mismo motivo,
sino que ya es por hobby principalmente. Además, este mundillo del modelismo se presta al
coleccionismo (aviones, coches, motos, barcos, trenes, paisajes, o casi cualquier cosa que se os
pueda ocurrir).
Lo que conocemos como Scalextric en realidad se llama Slot (viene del inglés, “ranura”) debido
a que es la ranura central la que alimenta eléctricamente a los coches. Son carreteras en
miniatura para competición de coches comandados a distancia.
Los primeros coches de Slot fueron creados en 1912 por la marca americana Lionel, y se
patentaron en 1936, ¿un tanto extraño no os parece? Quizás no tanto teniendo en cuenta que
el usuario no tenía ningún tipo de control sobre el coche y las ruedas traseras chocaban con el
“slot” central porque los raíles estaban elevados. Había cosas que pulir…
Fue cuando apareció Scalextric cuando la cosa mejoró de forma notable. Fred Francis lo
presentó al mundo en 1957 en la feria de Harrogate y triunfó. Emprendedor británico que
gracias a la II Guerra Mundial prosperó con contratos militares del gobierno y desarrollo un
coche de juguete denominado Scalex (lo llamaron así por estar diseñado a escala X o escala
variable). Lamentablemente para Fred, las ventas del Scalex no aumentaron tras su
presentación y su compañía tenía el futuro bastante negro.
Viendo el panorama, era el momento de buscar alternativas y activar el ingenio. Su apuesta,
desarrollar un sistema que diese el control del coche al usuario, y para ello incorporó un
pequeño motor de tren eléctrico al Scalex y lo colocó sobre unas vías de modelismo de tren.
Con unos pequeños apaños ingeniosos, la revolución ya estaba presente y era necesario un
nombre para patentar el producto. Combinando Scalex y Electricidad surgió Scalextric.
Una vez tenían el sistema, lo siguiente era colocar vehículos, y que mejor que el Ferrari 375 y el
Maserati 250 F. Para ganar más fans, también incluyeron modelos de Fórmula 1 y los nombres
de los mejores pilotos de la historia como Fangio, Ascari, Moss y como no el británico Jim
Clark.
La escala para comenzar producción fue 1/30 (luego ha habido diferentes variantes) y los
vehículos eran capaces de alcanzar los 200 km/h, ¡muy cercanos a la realidad! Y otro gran
punto a favor era que se podían construir diferentes trazados dada la polivalencia de ciertas
piezas. Si te aburrías de un circuito te creabas otro diferente en cuestión de minutos.
Como ocurre en ciertas ocasiones de éxito, el fundador del proyecto (Fred Francis) decidió
retirarse y vender el negocio a Lines Bros, fabricantes de trenes a escala, quien más tarde
fabricaría las pistas en España.
Scalextric llegó a nuestro país en 1962 a través de la Feria de Muestras de Barcelona. Se
fabricó la mayor parte de componentes en nuestro país (pistas, transformadores, mandos,
motores y después los coches con el SEAT 600 siendo el primero en ser diseñado y producido
en nuestro país).
A lo largo de los siguientes años la marca Scalextric fue cambiando de manos y cambiando su
producción a China. Pasando por diferentes altibajos, se han ido introduciendo mejoras como
los mandos sin cable o el Scalextric Digital System que dejaba cambiar de carril a voluntad del
usuario y permitía competir hasta 6 coches al mismo tiempo por pista.
Actualmente es la empresa Fábrica de Juguetes la que posee los derechos de Scalextric, y los
números no les van nada mal. Cualquier loco del motor lo comprará en algún momento de su
vida, nunca es tarde para ello.
Adrián Osés, Locos del Motor
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