Comprar un supercoche no significa que el conductor sea un experto, es más, en algunos casos, los compradores de supercoches no son ni siquiera buenos conductores. Ferrari 488 Spider en LondresY al final se acaba pagando. Por muy buenos sistemas de seguridad y ayudas a conducción que tengan los supercoches, su complejidad de manejar es mayor que la de los vehículos comunes. Hoy os enseñamos un vídeo que debería hacer reflexionar a mucha gente. Los experimentos en circuito cerrado que hay vidas en juego y los juguetes potentes pueden ser un arma de doble filo. Una verdadera lástima ver que fácil y rápido se pueden tirar muchos miles de euros a la chatarra. Atentos a la escabechina:

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