Cuando 2 grandes marcas se unen el resultado no puede ser malo y el popular dicho lo confirma: "si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado". Es lo que han debido pensar en el Grupo Volkswagen que ha movido ficha al aliarse con la marca croata de vehículos de lujo Rimac.
Ya ha arrancado el tan esperado proyecto conjunto que supone un punto de inflexión en la historia del automóvil y que apunta muy alto. La joint venture entre Bugatti y Rimac tendrá su sede en Sveta Nedelja (Croacia) y tendrá una participación de un 55 % por parte de Rimac y un 45 % por parte de Porsche. Lo curioso es que tanto Bugatti como Rimac seguirán funcionando como fabricantes y marcas independientes, manteniendo sus centros productivos en sus lugares habituales de Molsheim (Francia) y Zagreb (Croacia).
Si tenemos en cuenta que Bugatti puede ser considerada como la marca de automóviles más exclusiva del mundo, o al menos una de las top, y que Rimac es la prueba de una compañía centrada en la innovación con claras miras al futuro, la combinación parece potente donde las haya. Estilo y pasión se complementan con innovación y técnica de futuro.
El pasado de Bugatti es sinónimo de grandes craciones que son leyendas casi perfectas creadas de forma artesanal a lo largo de sus muchos años de historia. En cambio Rimac es una startup que se fundó en un garage hace tan sólo 12 años, con la electrificación como bandera. Es por eso por lo que Porsche adquirió sus primeras participaciones de Rimac en 2018, y desde entonces las han ido aumentando apostando claramente por la pionera empresa croata. Inversión estratégica que ha llegado al siguiente nivel ahora con la jugada maestra de unir Bugatti y Rimac que nos va a brindar proyectos extraordinarios sin duda.
El gran atractivo de ambas marcas garantiza el trabajo para ambas sedes a largo plazo y la apuesta de Porsche está más que clara. Ahora sólo queda esperar los lanzamientos de las nuevas joyas y deleitarnos observándolas, ya que porbarlas será prácticamente imposible, o quizá no. Soñar sigue siendo gratis aunque el resto de cosas sigan aumentando su precio sin parar.
Adrián Osés, Locos del Motor
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