Lo de dar la vuelta al mundo es un reto que muchos han tomado y conseguido a lo largo de la historia, de hecho puede que sea uno de los retos más interesantes sobre los que escribir, ¿no os parece? El tema es que hacer una vuelta al mundo en línea recta es imposible, ya que hay que adaptarse a la orografía de nuestro planeta y no podemos atravesar o alcanzar ciertas zonas del planeta de manera sencilla como por ejemplo la selva del Amazonas, el desierto del Sahara, o la cordillera del Himalaya, entre otras muchas.
Bueno, en definitiva, que vueltas al mundo hay muchas en los registros, pero, ¿y viajes de polo a polo? Pues alguno hay, pero no muchos, así que es probable que sea por eso que Nissan se haya planteado la aventura de hacer llegar a su nuevo modelo, el Ariya, de un casquete polar al otro.
El resto suena todavía más interesante que las vueltas al mundo, y si tenemos en cuenta que se trata de un vehículo eléctrico, pues todavía suena más interesante. Con más de 30.000 kilómetros en el cuenta kilómetros del Ariya 100 % eléctrico, se convierten en el primer evento de este tipo con final satisfactorio. Mobilidad eléctrica exitosa que ayuda sin duda a incrementar el interés global por Nissan y por su hazaña.
El inicio fue en el Polo Norte y el final en el Polo Sur. Todo comenzó cuando Chris y Julie Ramsey, marido y mujer aventureros, iniciaron el viaje en el Polo Norte magnético situado dentro del congelado Océano Ártico. El camino no ha sido sencillo, atravesando lugares muy variados a lo largo de Norteamérica, América Central y Suramérica antes de llegar, con todo el ciudado del mundo, al continente más remoto de nuestro planeta Tierra, el Polo Sur. Es la primera vez que un vehículo eléctrico logra completar esta ruta, por lo que deben de estar más que orgullosos de lo conseguido.
Test más extremo que este es complicado de plantear, con temperaturas muy bajas y altitudes muy altas, con caminos off-road complejos, y con distancias interminables. Lo más asombroso de todo es que el Ariya no se ha modificado ni en su unidad de potencia ni en su batería, aunque sí puso su toque Arctic Trucks para acomodar neumáticos BF Goodrich de 39 pulgadas, muy necesarios para el desafío.
Chris y Julie empezaron a planear el asombroso reto en 2017 tras completar el Mongol Rally con su Nissan Leaf, donde fue la primera vez en la que un vehículo eléctrico se utilizó para atajar un reto de más de 10.000 kilómetros. Claramente, este tipo de retos pueden tener, y tienen, una importante repercusión en el mercado de vehículos eléctricos, y todo lo que ello puede conllevar, como por ejemplo la infraestructura de carga. Tras completar el reto de Mongolia, había que elevar el nivel, por lo que hacer un Polo a Polo les pareció una magnífica forma de superarse con una montura de propulsión eléctrica.
Este tipo de hazañas pueden hacer plantearse a mucha gente la compra de vehículos eléctricos, ya que es una prueba de que se pueden hacer grandes cosas con ellos, a pesar de las condiciones extremas y de las distancias interminables. Hay que reconocer que este tipo de retos son súper duros, y que el Ariya lo haya pasado, pone a la marca japonesa en una posición de honor. No tengo tan claro que otros vehículos de otras marcas pudiesen conseguir igualarlo, quizás habrá que esperar para ver si hay otros animados aventureros, o las propias marcas se animar a buscar este tipo de retos eléctricos extremos. Ahora mismo, la apuesta parece clara a que otros no pueden hacerlo, ¿o quizás sí? Lo que es seguro es que la publicidad de este reto ha alcanzado a millones de personas en todo el mundo, y a más de uno le va a incluir de manera considerable a la hora de comprar su siguiente vehículo.
Y otra cosa, no mucha gente o vehículos van al Antártico, que es un lugar mucho más crudo e inhóspito que que el Ártico. De nuevo bien por los aventureros y bien por Nissan y su Ariya 100 % eléctrico. Gran jugada, que dará resultados, seguro. ¿Alguien se atreve a apostar en contra de esta afirmación? No lo creo.
Adrián Osés, Locos del Motor
SOPORTE ON LINE 
