El freno de mano tradicional o mecánico es uno de los elementos más usados por parte de algunos conductores de la vieja escuela, pero estos ya no lo tienen tan fácil. Los fabricantes están prescindiendo de sus servicios y los frenos de mano eléctricos ganan posiciones.

Tan sólo Dacia mantiene el freno de mano mecánico de toda la vida en todos sus modelos, y el resto de fabricantes los van sustituyendo poco a poco. Ya tan sólo 1 de cada 4 vehículos nuevos lo montan, y esto supone un gran cambio.

Algunos modelos populares como los BMW Serie 1 y Serie 3, el Peugeot 208 y el Nissan Juke han sido los últimos en eliminar los “handbrakes” tradicionales. El peligro de extinción ya es una realidad, y todo apunta a que llegará pronto.

La buena noticia es que en las versiones deportivas, el freno de mano tradicional se mantiene, al igual que en los vehículos de pequeño tamaño por ahorro de costes. Por ejemplo, el Mazda MX-5, el BMW M2 y el SEAT Ibiza seguirán montándolos, al menos de momento.

La alternativa tiene 2 variantes, el freno electrónico de aparcamiento o el freno de aparcamiento accionado con el pie. Ambas opciones favorecen estacionar o parar el vehículo de forma segura, y la mayoría de veces de forma automática, por lo que la ganancia en seguridad es clara. Otro tema es la pérdida de la herramienta más potente para una conducción “racing” que tanto nos agrada a todos.

Hay fabricantes incluso que ya no ofrecen ningún vehículo de su gama con freno de mano tradicional. Puede que al leer esto, algunos de vosotros les pongáis la cruz. Son: Alfa Romeo, Honda, DS, Land Rover, Lexus, Mercedes, Porsche y Volvo.

Como en todo, es evolucionar o morir, y si el mundo de la automoción se mueve hacia un punto hay que adaptarse. Dentro de unos años es muy probable que prácticamente nadie se acuerde del freno de mano tradicional, o quizás los vehículos que lo conserven se convertirán en piezas muy codiciadas, quien sabe…


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