Lo que hace unos años se comentaba, se intuía, se soñaba, con decir adiós a uno de los combustibles estrella de la historia del automóvil, ya es una realidad de hoy. El diésel, va a dejar de estar con nosotros, más pronto que tarde. Nos guste o no, parece que el mundo de la movilidad tira hacia soluciones eléctricas, híbridas, con hidrógeno, con combustibles sintéticos, o en definitiva, otras soluciones ajenas al gasóleo.
Decimos que ya es una realidad y parece ser un "adiós" y no un "hasta pronto" a este tipo de combustible originario del petróleo. Algunos fabricantes ya anunciaron hace años cuando iban a dejar de enfocarse en fabricar motores y opciones diésel, y esas fechas están ya aquí, o a la vuelta de la esquina, como se suele decir coloquialmente.
Volvo es uno de los más avanzados en todo este tema. No soprende, por otra parte. Ya hemos dicho y comprobado muchas veces que los escandinavos van uno o varios pasos por delante en temas relacionados con el futuro de la humanidad y el Medio Ambiente. Y en este caso en la batalla contra los motores de combustión, y especialmente contra el gasóleo, tienen la "pole position".
Lo anunciado en la Semana del Clima del año pasado, se convierte en una realidad, y Volvo ya ha construído su último diésel. Ocurrió en Ghent (Bélgica) hace poco más de 1 mes, donde la marca tiene una de sus plantas productivas. La curiosidad es que fue un V60. Un día antes, en la planta de Torslanda (Suecia), la marca sacó de su línea de producción el último diésel producido en el país de origen de la marca, y fue un XC90.
Tras 97 años de historia, estos 2 hitos en estas 2 plantas, marcan un nuevo hito histórico. Es un movimiento que deja claras las intenciones de Volvo, dando un gran e importante paso adelante. Sus objetivos son más que claros, ser una marca que produce sólo vehículos 100 % eléctricos para el 2030, y conseguir la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2040.
Es una pena, ya que durante muchísimos años, los motores diésel y Volvo han sido una combinación magnífica. Eficiencia y fiabilidad hacían que comprar un Volvo fuese sinónimo de acierto por parte del cliente. De hecho, la calidad de los motores de gasóleo de la marca, fueron clave para su evolución hasta llegar a ser una de las más aclamadas marcas premium a lo largo de los años.
No cabe duda de que la revolución eléctrica de los últimos años, ha hecho replantearse el futuro a los fabricantes, y algunos de ellos han tomado decisiones drásticas para agradar a sus potenciales clientes. El tema es que este cambio, en algunos sentidos, está siendo muy brusco, y ocasiona dudas más que entendibles. Las regulaciones han pujado por apartar al diésel y a la combustión del mapa, pero hay que recordar que hace tan sólo 5 años, el tipo de motor más vendido en el Viejo Continente era el diésel. Y muchos ya quieren que desaparezca del todo en apenas unos años. Todo apunta a que el gran cambio se está forzando en exceso, pero eso ya es otro tema, y cada fabricante lo está enfocando de una manera, veremos cuál es la más sólida.
Queda claro que los números hablan por sí sólos, y los clientes de la marca sueca compran vehículos eléctricos. Más del 34 % de los vehículos vendidos por Volvo ya son totalmente eléctricos. El cambio es radical, aunque también hay opciones híbridas para transicionar hacia las opciones 100 % electrificadas.
Teniendo en cuenta en que nos focalizamos hoy en este artículo, vamos a repasar algunos datos de los motores a gasóleo de la marca. En 1979, aunque el diésel no era una opción frecuente en Europa, Volvo introdujo el 244 GL D6, enseñando la eficiencia de este tipo de motores para hacer kilómetros. Aquí comenzó el cambio de tendencia en las motorizaciones hacia el diésel, que antes era cosa de taxistas prácticamente.
En 2001, la marca introdujo el primer motor totalmente fabricado por ellos, sin grandes proveedores de por medio. Se lanzó el V70 siendo un enorme éxito y sirviendo de catapulta para muchos otros Volvo en Europa. Incluso esto sirvió para trabajar en circuito con el S60 Challenge, e incluso trabajar motores marinos.
En el 2008, se produjo el siguiente hito importante de la marca con motores diésel, el lanzamiento del Drive-E lineup, o lo que es lo mismo, la creación de una línea de motores eficientes de 1,6 litros. Una gran evolución de tecnología para varios modelos, que permitía conducir hasta 1.300 kilómetros sin repostar gracias al balance entre eficiencia y rendimiento de su tecnología.
Ya en 2012, la marca lanzó el Volvo V60 D6 híbrido enchufable, el cual es un vehículo único. Os preguntaréis porqué, la respuesta puede intuirse, este modelo fue el primer enchufable equipado con un motor diésel. Gran punto a ensalzar, ya que fue el vehículo más avanzado técnicamente de la marca en esa época. Era eléctrico, híbrido y "muscle car" todo al mismo tiempo. La ingeniería era de las complejas, ya que dependiendo del modo de conducción, podía recorrer hasta 50 kilómetros con la potencia eléctrica, tener una autonomía total de hasta 1.000 kilómetros, y hasta 215 CV's de potencia provenientes del motor diésel y 70 CV's del motor eléctrico. Y otro punto, aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos. No estaba mal.
Tan sólo 1 año después, en 2013, Volvo lanzó otra familia de motores fabricandos "in house", los VEA (Volvo Engine Architecture). La combinación de presiones de injección más altas y la tecnología única i-ART fueron consideradas una revolución en la industria del diésel. Mejora en autonomía, reducción de emisiones y gran respuesta al pisar el acelerador. Otro éxito utilizado en varios modelos siendo un éxito total en la segunda generación del XC90 o el V60, entre otros.
Y el ya hablado hito sobre el que escribimos hoy, en 2023, la marca decide dejar de fabricar motores de gasóleo. A tener en cuenta que desde sus inicios en 1927, la marca siempre ha ido evolucionando y mejorando no sólo sus modelos, sino también los de sus competidores de manera indirecta con su gran contribución al mundo automotriz. Por tanto, este hito no sólo marcará la historia de la marca sueca, sino también la de la industria del automóvil, sí o sí.
Adrián Osés, Locos del Motor
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