La tecnología evoluciona primero de la mano de la funcionalidad, y después de la mano de la estética. Y nos explicamos, primero se trabaja en el invento y se hace funcionar de la manera que sea. Una vez el invento se consagra, la siguiente etapa consiste en hacerlo más bonito, y al final más eficiente a la vez que se intenta reducir el tamaño.

Cargador eléctrico camuflaje Andersen EV 2Normalmente lo descrito anteriormente es el proceso, y en muchos inventos o mejoras relativas al mundo de la automoción, podemos ver la etapa estética. En inventos relativamente nuevos, lo habitual es estar en la etapa de mejora estética, y hoy vamos a hablar de un gran ejemplo: los cargadores o puntos de carga están, sin duda alguna, en proceso de mejorar estéticamente.

La competencia es dura, debido a la creciente apuesta por vehículos eléctricos, y los puntos de carga no suelen ser algo bonito y que nos hace apartar la vista de todo lo demás para focalizarnos en ellos. Al contrario, una caja llena de cables tiende a ser tapada siempre que podemos incluso ya que siempre queda mejor no llegar a verla.

Cargador eléctrico camuflaje Andersen EV 3Ocurre lo mismo con los cables de cualquier tipo de aparato eléctrico. Los clientes demandan aparatos eléctricos sin cables, bien sea por un tema funcional o bien sea por un tema estético, el caso es que los cables están desapareciendo y otros sistemas son capaces de realizar su misma misión, que normalmente es transportar energía, datos o imágenes. Hoy en día, las baterías, los sistemas de ondas o los de radiofrecuencia, son aplicaciones habituales y que luchan contra los cables, para buen sentir de los que dan gran valor a la estética de las cosas.

Con los cargadores de vehículos, está ocurriendo lo mismo. El objetivo final podría ser eliminar el cargador como lo conocemos hoy en día, pero el paso intermedio es hacer creer a los demás que el cargador no existe o simplemente ocultarlo. La empresa británica Andersen EV ha construido el cargador del futuro que no puedes ver, ya que está camuflado con la pared donde se instala. Resulta curioso la verdad, pero gracias a una foto de la pared donde decidimos instalar el cargador, la "magia" de las pantallas 4K de alta definición hace el resto. Su normbre es Andersen 2 Invisible (A-2-I), para que os vaya sonando, ya que su deseo es extenderse con celeridad.

Cargador eléctrico camuflaje Andersen EV 4Obviamente, como no puede ser de otra manera en estos tiempos, una app es capaz de controlar los parámetros y datos que queramos. Consumo, tiempo de carga, determinar las horas más baratas según tarifa eléctrica contratada, bloqueo del terminal de carga, etc. Suena bien, ya que tener un gran cargador y no verlo es atractivo, a pesar de su precio que empieza en 12.000 €. También hemos de reconocer que los cargadores de Andersen son estéticamente muy bonitos, hechos a mano y con los mejores materiales, por lo que sería mejor no tener que ver los convencionales y seguro que no nos importa tener que ver los modelos "antiguos" de la empresa británica

Obviamente, estos cargadores camuflados son para dueños de vehículos de lujo dado su alto precio, pero como ocurre siempre con los nuevos inventos, el precio irá bajando con el tiempo debido a que habrá más empresas que podrán fabricar este tipo de artículos, la mejora de los procesos productivos y la mejora continua del producto.

En conclusión, tienen buena pinta, pero tendremos que esperar a que baje el precio para poder instalar uno en nuestra casa para cuando nos hagamos con nuestro próximo vehículo eléctrico, o no. El tiempo dará sentido al plan de desarrollo de Andersen EV, o los hará morir.

Adrián Osés, Locos del Motor


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