Las carreras de cualquier tipo de vehículos tienen ciertas variantes o sistemas de los vehículos que pueden marcar la diferencia. Gracias a un rendimiento mejor que el de tu rival en algún elemento de tu vehículo puede hacerte ganar o perder, de ahí su importancia. Hablamos del motor, los frenos, la aerodinámica, los neumáticos, la suspensión, la dirección, la transmisión, y un largo etc.
Hoy vamos a hablar de uno de ellos, del que normalmente no se conocen muchos detalles a no ser que seas ingeniero especialista en aerodinámica. Decimos esto ya que el aire no se ve, y en cambio, por ejemplo el sistema de frenos puede verse y entenderse perfectamente. En cambio la aerodinámica de un vehículo, o como se comporta éste respecto al aire, as algo más complicado de imaginar en nuestras cabezas ya que nuestros ojos no son capaces de trasladarnos esa información.
Hoy en día existen simulaciones con programas de ordenador que modelan el aire y su funcionamiento respecto del vehículo que lo atraviesa, y eso francamente ayuda mucho. Es como ver el mapa del tiempo con los colores, se intuye rápidamente donde habrá temperaturas extremadamente altas o bajas según el rango de colores, por ejemplo.
Vale con haber rodado en bicicleta alguna vez para darse cuenta de que el aire ofrece resistencia a nuestro movimiento cuando pedaleamos, depende de ciertas cosas la resistencia que sentiremos, pero sea mucha o sea poca, algo de resistencia encontraremos sin duda. Esto es porque el aire trata de compensar la fuerza que nosotros hacemos al movernos con cierta velocidad en una dirección. El aire responde en sentido contrario. En cambio si vamos en bici, pero detrás de otra persona, la resistencia del aire actúa, casi en su totalidad, contra la persona que va primera, siendo bastante más sencillo pedalear para nosotros, ya que nuestro compañero "hace el mayor trabajo" contra el aire.
La explicación sirve para cualquier tipo de cuerpo que lleve una velocidad. Para nosotros, aficionados a las carreras, es sencillo entender que es el rebufo. Es lo que comentábamos cuando vas detrás de otro compañero en bicicleta, se produce una depresión de aire que nos permite aumentar nuestra velocidad permitiéndonos adelantar a quien nos precede. 
Nos aprovechamos del trabajo del vehículo que va delante contra el aire, para ganar unos kilómetros por hora más y sobrepasarlo. Esto es lo habitual en rectas, pero ¿qué ocurre en curvas rápidas por ejemplo?
Ahí entra en acción el "aire sucio". En realidad el fundamento del rebufo y del aire limpio es el mismo, con la diferencia que el fluido protagonista, pasa de régimen laminar a régimen turbulento. El régimen laminar es aquel en que podemos decir que las diferentes capas del aire están ordenadas, en cambio, el turbulento es en el que reina el caos, y las capas del aire están totalmente desordenadas.
El aire sucio, es un auténtico problema que puede provocan descontrol del vehículo, incertidumbre, mayor desgaste de los neumáticos, y en definitva hay que intentar evitarlo. Por eso hay que elegir bien los momentos de intento de adelantamiento para evitar posibles sustos y posibilidades de pérdida de rendimiento. Por tanto rebufo sí, y aire sucio no. Dependiendo de las categorías de competición o diferencias de vehículos, los rebufos o aire sucio son diferentes, por eso cada piloto deberá gestionar estos 2 fenómenos a su conveniencia. Otro punto interesante para saber si un piloto es de nivel top, o no lo es. Atentos a la explicación, que es muy interesante:
Adrián Osés, Locos del Motor
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