Un vehículo está formado por varios miles de piezas, y muchas empresas se encargan de proveerlas para que los fabricantes de aumóviles puedan crear la obra de arte que los clientes acaban comprando en los concesionarios de vehículos. 
Todo debe estar bien secuenciado y ajustado para que el vehículo final llegue a ser un ensamblaje perfecto.
Como sabemos, no es tarea sencilla ni para los proveedores de piezas ni para los fabricantes de vehículos, ya que los estándares de calidad son muy elevados y pueden marcar la diferencia a la hora de vender un coche o no venderlo, con lo que ello implica en términos económicos y de imagen de marca.
Proveer de piezas o componentes automovilísticos de manera errónea, no cumpliendo con lo acordado, o fuera del plazo establecido puede ocasionar pérdidas de contratos multimillonarios y lo que es peor, la reputación a nivel global y la imposibilidad de seguir trabajando en el sector del automóvil, ya que la mayoría de fabricantes de piezas de automoción colaboran con varias marcas al mismo tiempo y en proyectos largos.
La presión y la alta exigencia acompaña a los proveedores ya que las marcas van al céntimo, y los números que se manejan son excelsos. Como veis, es muy importante que todo salga bien, desde el diseño de una pieza has el ensamblaje de esta antes de vender el vehículo al cliente final, cumpliendo plazos, normativas locales e internacionales, costes, y calidad especificada.
Podemos concluir que la vida de los proveedores está llena de obligaciones, y de seguir prestando pleitesía alos dioses de este mundo, que en este caso son las grandes marcas manufactureras de vehículos. La calidad es un requisito complicado de replicar en todas las piezas, pero los proveedores deben estar siempre por encima del límite inferior de calidad. Tengamos en cuenta que los vehículos llevan personas dentro, y nada puede fallar, cada componente debe cumplir de sobra con su cometido de resistencia a impactos, a fuerzas, a viento, al propior peso o inercia del vehículo, etc. Los requerimientos son altísimos, un poco por debajo del mundo aeronáutico, pero muy poco, la verdad.
Otro tema, las regulaciones de todo tipo, incluyendo las medio ambientales y as de seguridad, deben cumplirse a raja tabla. Si no se cumplen, se pueden incurrir en multas de organismos e incluso del fabricante de vehículos. 
Lo que, sin duda, hay que evitar a toda costa, ya que la relación contractual debe ser a largo plazo.
Una de las más complicadas de cumplir para los fabricantes de componentes, la entrega puntual. Ya está más que extendido el concepto JIT o Just In Time, que supone que los fabricantes de vehículos deben entregar las piezas cuando el vehículo prácticamente se está fabricando. Obviamente hay un "pulmón" que permite seguir trabajando aunque haya alguna pequeña incidencia, pero si la incidencia es de varias horas de parada, se avecina un problema enorme para la empresa proveedora de componentes y piezas. Empiezan las prisas y los nervios, y al final acaba afectando a todos en mayor o menor medida cuando las entregas van apuradas.
Como decíamos al principio, los precios se apuran al céntimo, y ajustar tu precio por unidad puede darte contratos enormes y a largo plazo. Claramente los beneficios no son por precio, sino por volumen de unidades producidas. Los proveedores están obligados a pensar en el mañana, y quizás algo menos en el hoy, aunque sin dejarlo de lado.
Aunque los fabricantes son los que muestran a los clientes las innovaciones y los resultados de sus departamentos de investigación y desarrollo, los proveedores deben ser parte de estas evoluciones y participar en tecnologías que mejores la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad de los vehículos. Debe ser complicado aceptar que tus "ideas" y mejoras, las acaba enseñando otro para el que tú trabajas, ¿no os parece?
Siempre se dice que la gestión de una cadena de suministro de un fabricante de automóviles puede ser una de las cosas más complejas que existen, pero en definitiva, las cadenas de suministro de los proveedores son algo bastante similar aunque quizás a una escala menor. No por ello son algo sencillo de gestionar eficientemente teniendo en cuenta que deben garantizar el flujo constante de materiales y productos a las líneas de ensamblaje, y más teniendo en cuenta la complicada situación global que puede existir debido a escasez de materias primas, costes de energía, huelgas de transporte, guerras, y demás fenómenos que nos rodean.
La calidad muy alta es una obligación, y hay que gestionarla mediante sistema fiables para garantizar la calidad de manera constante tanto de productos como de procesos. Como se suele decir, lo importante no es alcanzar algo, sino mantenerlo. Y sencillo tampoco es, pero sí clave para mantener la relación comercial con quien da de comer a los fabricantes de piezas y componentes de automoción, los fabricantes de automóviles que todos conocemos.
Existe gran presión en la industria sobre una palabra clave, la sostenibilidad, que todos, en grande o pequeña medida, estamos obligados a seguir. También los proveedores automotrices, que deben reducir su huella de carbono progresivamente, aumentar la eficiencia de sus consumos energéticos, gestionar los residuos acorde a la normativa vigente, y demás. Esto creo que no sorprenderá a nadie, ya que es lo mismo de forma global.
Como toda organización, debe cumplir con las éticas, además de con las leyes y regulaciones. Esto es evitar prácticas comerciales deshonestas o corruptas, por todo el impacto que pueden tener en la marca. De ocurrir, es muy probable que una gran cruz negra caiga sobre la organización, y posiblemente la marca acabe incluso desapareciendo como tal. Hay que cuidarse muy mucho de prácticas de este tipo, las consecuencias pueden ser irreversibles.
Y como decíamos, los proveedores deben estar interesados en fomentar las relaciones a largo plazo para ganar en estabilidad y éxito. Parece sencillo, pero no lo es. Como conclusión, podemos decir que el mundo del automóvil es una de las industrias más complejas y que más debemos cuidar si queremos que nos vaya bien a todos. Da igual si trabajas directamente o indirectamente en ella, incluso si no trabajas en ella. Si la industria de la automoción funciona bien donde nosotros estamos, lo más probable es que nos vaya bien a todos los que vivimos en esa zona. Ejemplos hay muchos.
Adrián Osés, Locos del Motor
SOPORTE ON LINE 
