Si se da el caso de que llegáis a estar podridos de pasta y llega tal supuesto que no sabéis donde gastar dinero, atentos al vídeo de hoy porque es una idea tan válida de despilfarro como cualquier otra.
Quizás no os vale con gastar en supercoches y en lujo y os apetece combinarlo todo de forma exponencial y llenar un súper Mercedes-Benz SL600 de diamantes para elevarlo al nivel de exclusividad máximo. Quizás un buen regalo para alguna amiga vuestra. Para hombres lo veo más complicado, pero nunca se sabe, puede que a alguno le guste. O quiera venderlo rápidamente para ganar un buen montón de billetes.
La obra de arte (o no, según como se mire) incorpora más de 300.000 cristales de diamante departidos de forma comprimida a lo largo y ancho de todo el vehículo. Carrocería, llantas, interior, asientos, y cualquier rincón del vehículo que os podáis imaginar está cubierto literalmente en piedras preciosas.
Es bastante probable que tengáis vuestras propias apuestas sobre a quien se le ha ocurrido tal hazaña, y no creo que vayáis desencaminados. Podría ser el glamour de Emiratos Árabes, pero no. Podría ser otra de las comunes locuras rusas, pues tampoco. Es Japón, donde en el mundo del automóvil cualquier cosa fuera de lo común es habitual. Echadle un vistazo para ver si gusta la idea:
Quizás no os vale con gastar en supercoches y en lujo y os apetece combinarlo todo de forma exponencial y llenar un súper Mercedes-Benz SL600 de diamantes para elevarlo al nivel de exclusividad máximo. Quizás un buen regalo para alguna amiga vuestra. Para hombres lo veo más complicado, pero nunca se sabe, puede que a alguno le guste. O quiera venderlo rápidamente para ganar un buen montón de billetes.
La obra de arte (o no, según como se mire) incorpora más de 300.000 cristales de diamante departidos de forma comprimida a lo largo y ancho de todo el vehículo. Carrocería, llantas, interior, asientos, y cualquier rincón del vehículo que os podáis imaginar está cubierto literalmente en piedras preciosas.
Es bastante probable que tengáis vuestras propias apuestas sobre a quien se le ha ocurrido tal hazaña, y no creo que vayáis desencaminados. Podría ser el glamour de Emiratos Árabes, pero no. Podría ser otra de las comunes locuras rusas, pues tampoco. Es Japón, donde en el mundo del automóvil cualquier cosa fuera de lo común es habitual. Echadle un vistazo para ver si gusta la idea:
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