Lo de predecir el tiempo que va a hacer lo llevamos haciendo desde tiempos inmemorables, con mayor o menor acierto. Saber que va a pasar al menos en el tema meteorológico nos reduce las variables y nos hace la vida más “sencilla”.
La tecnología claramente nos ha ayudado y supera a las predicciones de los ganaderos y pastores de hace unos años, no cabe duda. De hecho, hemos evolucionado tanto tecnológicamente que ya hasta hacemos simulaciones del tiempo y sus consecuencias según nos convenga, y podemos saber que va a ocurrir cada hora.
Es el caso de Ford, que tiene una planta dedicada a simular condiciones extremas en su interior para con ello predecir cómo se comportarán sus vehículos en el futuro. Este sistema de Ford ahorra grandes sumas de dinero ya que los tests reales implican grandes viajes y lo que ello conlleva en temas logísticos y económicos. Sin salir de su fábrica, pueden simular las condiciones que hay en Siberia, en lo alto de los Alpes o en el desierto del Sáhara, por ejemplo.
Incluso las condiciones de altitud elevada o calor extremo que pueden impactar de forma severa en los pilotos de pruebas pueden ser simuladas en la fábrica que Ford tiene en Colonia (Alemania). Para ello, la marca americana ha contratado 2 robots pilotos de pruebas, apodados Shelby y Miles. Lo bueno de estos robots es que no sufren como los humanos y son capaces de repetir los tests a condiciones extremas varias veces seguidas, no como nosotros que con una quizás ya tenemos bastante.
Estos robots no requieren de bombonas de oxígeno, equipamiento médico, ropa de condiciones extremas y tener un equipo médico con ellos durante las pruebas. Tampoco es necesario monitorizar a los componentes de las pruebas y su rango de trabajo aguanta temperaturas de entre -40º C y 80º C. Un gradiente térmico triple al nuestro y como suele ser habitual con robots, admiten gran cantidad de programación según diferentes estilos de pilotaje y muchas otras variables. Otro punto importante a tener en cuenta, permiten realizar tests sin tener que preocuparse de cuando necesitarán ir al servicio o comer un bocadillo… son todo ventajas.
Ambos robots simulan las siluetas de seres humanos, y sus piernas se estiran para pisar el acelerador, el freno y el embrague. Sus brazos se posicionan uno en la palanca de cambios y el otro sobre el sistema de arranque.
Excepcionales fichajes para el equipo de pruebas de Ford para conectar el mundo real con el virtual de manera perfecta. Eso sí, Arjeplog en Suecia y Grossglockner Mountain en Austria, donde la empresa americana tiene centros de simulación de condiciones extremas, siguen generando datos gracias a los cuales Ford sigue mejorando día a día.
Adrián Osés, Locos del Motor
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