Que los pilotos son atletas y pertenecen a la élite en todos los sentidos quizás no está del todo claro para los aficionados. Hay gente que cree que conducir no debería ser considerado un deporte y que la mayoría de pilotos están donde están gracias a sus fortunas o las de algunos que se las ponen a disposición.
La realidad es bien distinta. Los pilotos profesionales necesitan trabajar muy duro para que su físico sea capaz de soportar las carreras siendo lo más competitivos posible. Las fuerzas G que soportan, el calor, la humedad, los impactos que puedan surgir en carrera, el estrés, las inclemencias meteorológicas y demás factores suponen que los pilotos sean héroes.
Imaginad a cualquiera de vosotros en una carrera de Fórmula 1 y lo que en realidad supone. Muchos de nosotros tendríamos al menos un esguince cervical en la primera aceleración o en la primera curva. Incluso algunos tendríamos alto riesgo de morir desnucados. Ni hablamos de los más de 50 grados que podemos tener dentro del cockpit o de un posible accidente contra un muro de protección. Son palabras mayores y por eso no viene mal entender como son los entrenamientos de los pilotos. La clave es la resistencia y por eso se preparan en la piscina, sobre la bicicleta, corriendo, esquiando, etc. Pero la fuerza es capital, de ahí las preparaciones de los músculos del cuello, los brazos, las piernas, y demás.
Cada día más si cabe, un piloto profesional es un atleta, y si consigue llegar hasta la Fórmula 1 todavía más. No os perdáis ni un detalle del vídeo ya que se ven imágenes curiosas y se puede sentir los esfuerzos que hacen cada día por llegar a ser uno de los 20 privilegiados del mundo en subirse a los vehículos más avanzados del automovilismo:
https://www.youtube.com/watch?v=t_c1--K5BMs
Adrián Osés, Locos del Motor.
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