Cuando empiezas a amar cierto deporte suele ser porque algo te llama la atención. Algo que te resulta novedoso, fuera de lo normal, o que incluso no has visto nunca y que encuentras extraordinario. El campeonato británico de turismos puede ser un gran ejemplo, y si es en la década de los 90 todavía más.
Cuando los vehículos ya me llamaban la atención, descubrí, por azar, una competición de vehículos que hasta entonces nunca había visto. A parte de alguna carrera del Mundial de Motociclismo o la Fórmula 1, o algún rally local al que había tenido la suerte de asistir, nunca había tenido la oportunidad de ver carreras de contacto cuerpo a cuerpo donde las mecánicas eran muy similares y la competitividad era máxima. Hasta que algo sucedió de manera aleatoria, creo.
Descubrí el BTCC gracias a un videojuego al que cogí cariño tras contrastarlo con las carreras reales del Campeonato de Turismos Británico, y todo esto en mi infancia en los años 90. Fue mi primer videojuego, probablemente porque venía con la videoconsola. No tuve la oportunidad de elegirlo ya que "Los Reyes Magos" hicieron ese trabajo por mí. También era la primera consola que tuve por lo que quizás eso también ayudó a que este juego llamado como TOCA Touring Car Championship fuese importante en mi vida.
El videojuego recreaba el campeonato británico de turismos, y tenía todos los coches, equipos, circuitos, pilotos y demás elementos del campeonato. Comencé a jugar y aprenderme los circuitos poco a poco, probando las diferentes mecánicas de juego y sus respectivos coches. Recuerdo que mis favoritos eran el Renault Laguna o el Audi A4, y con ellos fui ganando carreras. Mientras tanto, intentaba ver carreras reales que me fueron enganchando poco a poco. Las luchas eran feroces, con choques y salidas de pista cada dos por tres, y grandes vuelcos en las clasificaciones de las carreras que lo hacían muy pero que muy atractivo de ver. Quien dominaba en la primera carrera solía tenerlo muy complicado en la segunda ya que empleaban ciertas penalizaciones o hándicaps para que fuese complicado arrasar en un mismo fin de semana y que se repartiesen los buenos resultados. De esta manera solían llegar varios pilotos con opciones de ser campeón a la ronda final. Emoción y espectáculo garantizados, dando a los equipos e ingenieron gran responsabilidad para encontrar los mejores set-ups y conseguir esas milésimas extras para poder ser mejor que los rivales.
Para que os hagáis una grata idea, os dejo un vídeo de grandes momentos del BTCC de los años 90, cuando los vehículos eran de otra pasta. Imágenes magníficas de saltos a 2 ruedas, accidentes múltiples, condiciones climáticas extremas, control excepcional de volante, frenadas milimétricas, y demás material del que nos encanta. Atentos: