Los amantes de ciertos objetos no quieren separarse de ellos ni para ir al servicio o ir a dormir. Será que en muchas ocasiones los aprecian más que a sus propias familias, o quizás es mucho exagerar. Seguro que conocéis a alguien así, o incluso sois vosotros mismos, ¿verdad?
Bueno visto en perspectiva es lógico que si consideramos que algo es lo más valioso del mundo, peleemos por conservarlo como si nos fuese la vida en ello. De hecho, es lo que hacen las ardillas por ejemplo con el fruto seco que han conseguido y que no pueden comerse ya que tienen el estómago lleno. Deben conservarlo para poder comer cuando tengan hambre, ya que nadie les asegura que volverán a encontrar otro fruto seco que llevarse a la boca.
Los dueños de supercoches, o al menos algunos de ellos, pueden ser considerados como "ardillas" guardando sus nueces a buen recaudo. Con lo que cuestan estos vehículos y lo exclusivos que son, hay que guardarlos como si fuesen los diamantes más caros del mundo. Hay que confiar la seguridad de sus joyas sobre ruedas a otros que trabajan vigilando tesoros o incluso recurrir a las nuevas y caras tecnologías que garanticen la seguridad del bólido.
Normalmente es lo que ocurre, aunque a partir de muy poco tiempo, los dueños de supercoches podrán guardarlos junto a ellos. Cuando decimos junto a ellos nos referimos a en su propio salón gracias a la iniciativa de Bentley, que ha planificado construir en Miami (Estados Unidos) edificios ultra lujosos que permiten almacenar hasta 4 vehículos en el interior de la super casa. 
Cada propietario podrá hacer uso del Dezervator (gran ascensor) para subir con hasta 4 vehículos a su piso, que también dispondrá de cargadores eléctricos de alta capacidad, entre otros muchos lujos. Suena muy bien y la idea es innovadora donde las haya y el Dezervator va a ser una experiencia única. Imaginad subir montados en vuestro coche y poder ver a través de los cristales del sistema mientras sientes como un sistema de alto nivel trabaja mientras tú disfrutas de una vista panorámica de las islas de Miami.
Nadie podrá estar más cerca de sus supercoches que el propio dueño, que podrá hasta comer, dormir o descansar junto a sus joyas sobre ruedas y cargarlas al mismo tiempo. Suena a película, pero seguro que a más de uno le encanta la idea y sueña con tener una de estas casas. Sólo hay que irse a Miami, tener al menos un Bentley y acceder a poder comprar una de estas viviendas, o igual es mejor denominarlos paraísos, ¿no os parece?
Adrián Osés, Locos del Motor
SOPORTE ON LINE 
