En Locos del Motor, hemos tenido la oportunidad de probar un vehículo diferente. Diferente por ser 100 % eléctrico, el Renault Zoe nos ha sorprendido, aunque también le vemos inconvenientes que por ahora son complicados de solucionar para Renault y sus competidores. Image with 2014 RenaultEl Renault Zoe, tiene dimensiones similares al Renault Clio, con quien comparte algunas de sus piezas, y es la apuesta eléctrica de Renault que fue lanzada al mercado en 2012. En 2016 la marca francesa realizó un re-styling, que es el que hemos podido probar. Las sensaciones de conducción son diferentes a las de los vehículos movidos por motores de combustión interna. La aceleración es progresiva, sin interrupciones y sin duda la respuesta es rápida. Puedes quedarte pegado al asiento como en los vehículos de más de 150 CV cuando aceleramos bruscamente, pero con la diferencia de que no notas los cambios de marchas. ¿Porque? Porque no los hay, la palanca de cambios es como las de los automáticos, pero no tiene cambio, tan sólo marcha adelante (D), marca atrás (R), la posición de punto muerto (N), y la de parking (P). Renault Zoe lateral granateLa verdad que no hay vehículo de combustión que mejore la suavidad del motor eléctrico. Otro punto a favor, el nivel de ruido es equivalente al de cualquier vehículo de combustión, pero con el motor apagado. Tan sólo se escucha el ruido de rodadura de los neumáticos, el aerodinámico y los ruidos exteriores. Una gozada la verdad, aunque en la ciudad puede representar algún tipo de susto sobre todo para los peatones que no lo oyen acercarse. Un punto a mejorar, la autonomía. Mientras los motores diésel o gasolina permiten fácilmente hacer más de 500 km (en ocasiones hasta más de 1.000 km) con un depósito de combustible, las baterías eléctricas ofrecen números mucho más bajos, que unido al tiempo necesario de recarga suponen un gran hándicap en contra del vehículo eléctrico. El Zoe ofrece 400 km teóricos, que se quedan en menos (unos 300, reconocidos por Renault). Renault Zoe lateralAsí como la aceleración es una sensación de supercoche en el Zoe, la frenada produce sensaciones habituales, como las que pudiese producir cualquier vehículo de su tamaño. Tacto suave a la conducción con el plus de sensación eléctrico. Tanto el interior como el exterior no destacan, aunque como suele hacer Renault, no le faltan detalles, y como siempre, tiene las 5 estrellas Euro NCap. Su gran inconveniente además del almacenamiento de energía es su precio. Como decíamos es comparable al Renault Clio, pero su valor de mercado es prácticamente el doble. Un Clio bien equipado ronda los 15.000 € mientras que un Zoe ronda los 30.000 € (depende de las ayudas del gobierno aplicables, según casos podemos tenerlo por 26.000 €). Sin duda es algo a tener en cuenta ya que si comparamos el dinero ahorrado sustituyendo el combustible fósil por la electricidad son necesarios muchos kilómetros para poder acercarse a amortizar el vehículo. Renault Zoe cargandoNo se le puede recriminar nada a Renault que con su alianza Renault-Nissan es sin duda el referente en cuanto a vehículos eléctricos. Aunque Tesla ofrezca más, todavía tienen mucho que probar al público, mientras que Renault-Nissan no tienen que probar nada ya que son líderes mundiales. Como conclusión, el Zoe es una gran opción, sobre todo en ciudad, pero por mucho que se use su opción de carga de baterías mediante almacenamiento de energía cinética, las baterías tienen mucho que mejorar para que sean una opción real a precio que pueda competir con los actuales diésel/gasolina. Por tanto, lo compraríamos, pero dentro de unos años.

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