Bien es sabido que la gasolina o combustibles en Estados Unidos son baratos y que los motores de los vehículos suelen ser de gran cilindrada sin importar el consumo o las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. Hasta ahí no hay novedad.
También sabemos que los americanos son dados a grandes espectáculos e intentos de nuevos récords increíbles que poco tienen que ver con la competición pura y dura como la conocemos en Europa o otros lugares del mundo.
Os ponemos un ejemplo, Ken Block es un ídolo en USA, pero cuando ha participado en el Mundial de Rallys a duras penas ha logrado llegar a la meta con el Ford Focus WRC de una pieza, y a una gran "minutada" del ganador.
Es más, en la mayoría de competiciones mundiales los americanos son de escaso número, si los hay, y es difícil ver a americanos campeones del mundo, así en los últimos años tan sólo recordamos a Nicky Hayden en Moto GP.
A lo que no les gana nadie es a tener los motores más bestiales y realizar las pruebas más espectaculares (para ellos claro). Probablemente no os imaginéis de que vamos a hablaros, ya que no suelen verse en el resto del mundo. Entenderéis enseguida el porque.
Realizan competiciones con camiones de motores de hasta 60.000 CV de potencia que usan hasta reactores de naves espaciales para batirse en duelos en línea recta. Luego nos enseñan en la tele que China tiene una atmósfera muy contaminada y resulta complicado respirar, ¿y en estas carreras como debe ser? Quizás los americanos pierdan años de vida asistiendo a estos eventos, y quizás el resto también lo hacemos.
Discuss this article