Experimentar la velocidad de un superdeportivo en tus carnes es algo único. Son sensaciones fuertes y difíciles de controlar.
Si a esto unimos a gente que prueba por primera vez y a de copiloto, sin control sobre el coche, éste es el resultado.
Algunos disfrutan, otros quieren parar y otros ponen caras de terror...¿os identificáis con alguno?
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