Los rallys son una competición donde la compenetración y el trabajo en equipo son claves. La pareja piloto y copiloto deben funcionar como un mecanismo de biela y manivela, acompañarse de manera sincronizada y precisa para transmitir la energía de la mejor manera posible, o siendo el mejor equipo para ser los más rápidos y llevarse la victoria.
Hemos dicho ser los más rápidos y llevarse la victoria, pero en los últimos años ya no todos los rallys consisten en utilizar el menor tiempo posible en cubrir todos los tramos cronometrados para coronarse campeones. Gracias a los nuevos sistemas de movilidad que intentan dejar atrás los sistemas convencionales de combustión interna, los eco rallys cada vez son más populares e interesantes.
Los vehículos 100 % eléctricos, los híbridos y los híbridos enchufables son los protagonistas de los eco rallys, donde llegar los primeros no te da el trofeo. El objetivo de los participantes de estos rallys de nueva creación es tener los mejores números de consumo de combustible o electricidad y mantener la mejor regularidad posible. La combinación de bajo consumo y mantenimiento de la media en la velocidad son la clave para ser coronados campeones tras todos los tramos del rally.
Suena muy diferente a los rallys convencionales, pero quien decide inscribirse en un eco rally, afronta un reto importante y debe hacerlo muy pero que muy bien para destacar en la clasificación. El equipo y los conocimientos de conducción y navegación de ambas partes son claves.
Si os parece una idea llamativa, sólo necesitáis un compañero al que le guste conducir o alguien al que le guste navegar e indicar, además de un vehículo que no sea de combustión. Aventura garantizada, pero habrá que trabajar duro para minimizar el consumo de energía y afrontar los continuos cambios en del recorrido de la manera más eficiente para que la velocidad media al final de cada tramo sea lo más cercana posible a la velocidad objetivo marcada por la organización.
Hay muchos aficionados al motor que no ven con buenos ojos este tipo de iniciativas, ya que creen que la esencia se pierde y se deja de lado a los potentes vehículos de gasolina que tanto espectáculo dan en cada curva. No les falta razón de que el cambio es bestial, pero teniendo la mente abierta, siempre se pueden abrazar ideas diferentes a las nuestras y darnos cuenta de que también puede haber cosas muy interesantes que no conocemos y que bien merecen una oportunidad.
Sinceramente, competir de manera diferente tiene su punto, y puede motivar a muchos que no suelen tener opciones en las competiciones convencionales, pero pueden demostrar que sus destrezas y aptitudes son otras. Recuerdo de pequeño que en mi pueblo había 2 carreras de bicis diferentes, una consistía en ver quién llegaba antes a la meta, y siempre se disputaban la victoria unos pocos. Pero la otra era algo diferente, consistía en llegar el último a la meta sin retroceder, y sin echar pie a tierra. La clave era el equilibrio, y los que solían ser los más rápidos no solían destacar en esta carrera, lo cual abría el abanico de posibles ciclistas destacados a todos los demás. Simplemente genial, a la mayoría nos gustaba más que la carrera convencional una vez te metías manos a la obra. Eso sí, de primeras no parecía un desafío tan apetecible.
Hemos hablado de los participantes, pero los espectadores son el otro gran pilar, y la gran mayoría, cuando ven el funcionamiento de un eco rally se interesan por la competición y vuelven a la siguiente edición. Como hemos dicho, hay que darle una oportunidad, ya que ser el más eficiente o el que mejor mantenga la media de velocidad, es un reto en toda regla. Hay muchísimos caminos para llegar al objetivo final, y por eso es interesante ver cómo se las ingenia cada equipo para ser mejor en cada tramo. Experiencia recomendable si tenéis la oportunidad de participar o acercaros a ver alguno.
Adrián Osés, Locos del Motor.
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