Si decimos que algo es en blanco y negro lo primero que se nos viene a la cabeza es que es algo antiguo, ¿verdad? Pues podríamos responder que sí en la mayoría de ocasiones y situaciones, pero no en la que os vamos a enseñar hoy, donde blanco y negro significa progreso y evolución.
La evolución tecnológica es constante y BMW ya ha conseguido que el exterior de uno de sus vehículos cambie de color con tan sólo pulsar un botón. Es el BMW iX quien ha enseñado esta tecnología, que está en desarrollo y traerá mejoras en un futuro cercano, pero que nos enseña que los grandes avances en el mundo de la automoción siguen saliendo como setas, y eso es genial para mejorar los vehículos día a día.
Mercedes-Benz ya nos enseño un sistema similar en el interior de uno de sus modelos EQ, pero esto es otro nivel, ya que aplica a la carrocería exterior completa del BMW iX flow, y la complejidad del exterior de una carrocería lo hace todavía más sorprendente. A diferencia de la solución de Mercedes, la de BMW contribuye a mejoras de capacidades generales del coche, por lo que la vemos más interesante.
El cambio de color del exterior puede contribuir en aspectos como la eficiencia y el bienestar de los ocupantes del vehículo. Aquí entran en acción los colores claros y oscuros que reflejan la luz solar de manera diferente, influyendo de esta manera en la absorción de energía térmica que ello conlleva. Por consiguiente, el calentamiento del vehículo y del habitáculo como consecuencia de la fuerte luz solar y de las altas temperaturas exteriores puede reducirse cambiando el exterior a un color claro. Por el contrario, en un clima más bien frío, la piel exterior oscura ayudará al coche a absorber bastante más calor del sol. Sería una ayuda de la naturaleza para el bienestar de los ocupantes del vehículo y mejorar la eficiencia energética, está muy bien pensado.
En ambos casos, los cambios de color selectivos pueden ayudar a reducir la cantidad de refrigeración y/o calefacción que necesita el aire acondicionado del vehículo. Esto reduce la cantidad de energía que necesita el sistema eléctrico del vehículo y con ello también el consumo de combustible o electricidad del mismo. Por tanto, en un coche totalmente eléctrico, cambiar el color en función del tiempo que haga también puede ayudar a aumentar la autonomía. En el interior, la tecnología podría, por ejemplo, evitar que el salpicadero se caliente demasiado.
Este tipo de tecnología es extremadamente eficiente, y aunque en este caso concreto sólo permite conseguir los colores blanco, negro o gris, y no necesita absolutamente de ninguna energía para mantener constante el estado del color elegido. La corriente eléctrica sólo fluye durante la breve fase de cambio de color. Gran punto este de esta tecnología conocida como electroforética.
Como funciona es curioso y a la vez ingenioso. La coloración electroforética se basa en una tecnología desarrollada por E Ink que es más conocida por las pantallas utilizadas en los lectores electrónicos. El revestimiento de la superficie del BMW iX Flow con E Ink contiene muchos millones de microcápsulas, con un diámetro equivalente al grosor de un cabello humano. Cada una de estas microcápsulas contiene pigmentos blancos con carga negativa y pigmentos negros con carga positiva. Dependiendo de la configuración elegida, la estimulación mediante un campo eléctrico hace que los pigmentos blancos o negros se acumulen en la superficie de la microcápsula, dando a la carrocería del coche el tono deseado.
Queda claro que hay mucho que evolucionar, pero pinta bien. Otro tema será el tema legal para su uso en vehículos de serie, pero quizás pueda usarse pronto en cuanto los vehículos puedan comunicarse entre ellos de manera muy visual, y esta herramienta podría ser de gran utilidad. Lo veremos:
Adrián Osés, Locos del Motor
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