Parece que la Segunda Guerra Mundial queda muy lejana en el tiempo, pero en realidad no ocurrió hace tantos años. Incluso personas que participaron en ella o vivieron en la época pueden contarnos cómo vivieron este periodo tan trasncendente y complicado a nivel mundial.
Los principales países que tomaron parte en esta guerra, tuvieron que adaptarse y trabajar duro para defenderse del enemigo y desarrollar sus estrategias más eficientes y rápidas para intentar lograr su objetivo final de ganar. La vida cambió velozmente y por ejemplo las fábricas de vehículos tuvieron que transformarse en fábricas de vehículos preparados para las batallas. Otras fábricas, por ejemplo de telas o relojes, se convirtieron en factorías que creaban aviones de combate o armas de asalto. El desarrollo fue bestial debido al conflicto, pero tras la guerra, todo volvió a cambiar de nuevo.
Ya no hacían falta tantos aeródromos, entre otras cosas, por lo que muchos fueron abandonados, y otros utilizados para seguir trabajando en proyectos con objetivos bélicos, como desarrollar nuevos aviones de combate o entrenar escuadrones de ejércitos. Con el paso del tiempo, la gran mayoría entraron en deshuso, y por tanto fueron "desapareciendo" de los mapas.
En cambio, en Reino Unido, la pasión total por la automoción, los supercoches y las experiencias de conducción, hizo revivir a varios de estos antiguos aeródromos, volviéndolos a abrir para dar a los clientes experiencias únicas de conducción. Cursos de todo tipo como conducción de rally, experiencias con superdeportivos, clases con instructores, exhibiciones con pilotos profesionales, y un largo etc.
En las últimas décadas, el aeródromo más famoso, sin duda alguna, ha sido el de Dunsfold, situado al sur de Londres y que ha sido protagonista de muchísimos capítulos de Top Gear. Quien conoce el programa estrella de la BBC británica de las últimas décadas, conoce Dunsfold como la palma de su mano. Este circuito "devuelto a la vida" por los genios de Top Gear, era el lugar elegido para enseñarnos como se comportaba cada vehículo que probaban y comparaban con otros rivales.
En realidad, para comparar cierto objeto con otros, conviene hacerlo en igualdad de condiciones, es decir, intentando que todos los objetos tengan las mismas opciones de demostrar que son los mejores. En este caso, Top Gear daba una vuelta a su circuito de Dunsfold, y como suele ser habitual en UK, las condiciones climáticas solían ser similares cada día. El piloto solía ser el mismo, al menos en cada temporada. Por tanto, la única variable era el vehículo a probar. Sobre el papel, las comparaciones eran justas, o al menos algo cercano a justas. Todo tipo de vehículos han pasado y probablemente seguirán pasando por Top Gear, incluso hasta Fórmula 1, como el Renault de 2004 con Heikki Kovalianen al volante. El tiempo un escándalo, bajando del minuto en un trazado técnico y con superficie mojada... ¡brutal!
Adrián Osés, Locos del Motor