Con esfuerzo y dedicación todo es posible, incluso devolver a la vida a un vehículo que lleva abandonado años y acumula óxido y suciedad en cantidades industriales.
Gran reto, que quizás no es tanto para unos americanos con tiempo, recursos y dinero. El protagonista es un Chevrolet Stovebolt, y su motor.
Trabajo muy profesional y que inspira confianza. Si son capaces de restaurar de esa manera un motor en ese estado, es probable que nada se les resista, trabajo sobresaliente: