Era el año 1972 y Maserati presentó un vehículo único en el Salón del Automóvil de Ginebra. Decimos único porque tan sólo se fabricó una unidad del mismo, nos referimos al Maserati Boomerang. Un desconocido para muchos, pero una pieza inigualable para otros. Maserati se unió al carro de los deportivos de alto rendimiento de la época tras unos años donde otros fabricantes ya habían apostado por este tipo de líneas y aerodinámica. Por ejemplo Lamborghini con el Miura o De Tomaso con el Mangusta, entre otros. En realidad, el Boomerang llegó de rebote, ya que Maserati creó el Bora a principios de los 70. Diseño de líneas afiladas de la mano de Giorgetto Giugiaro, el más famoso diseñador de vehículos de la época, y que montaba motor V8 en posición central-trasera. 250 unidades del Bora, del que Giugiaro se guardó una para darle un toque diferente y crear un prototipo de leyenda, el Maserati Boomerang. El resultado fue un vehículo adelantado a su época por sus detalles futuristas, con diseño en cuña y muy atractivo. Sin duda era diferente al resto, e influyó en otros diseños de otras marcas años más tarde. Los detalles de los que hablamos son bastantes, como por ejemplo el amplio uso del cristal para hacerlo mucho más luminoso, el moderno cuadro de mandos circular en el interior de un volante sin radios, las llantas totalmente fuera de lo habitual para la época, o las grandes puertas con doble partición de cristal, entre otras. Todo ello contribuía a su funcionamiento, que más de uno creería imposible dado el cambio radical con respecto a otros vehículos. Sus números no distaban mucho de los de ahora ya que era capaz de alcanzar los 300 km/h y generaba 310 CV 's de potencia gracias al motor V8 de 4,7 litros del Maserati Bora. ¡Un auténtico avión! Sabiendo que sólo se fabricó uno, lo lógico es preguntarse que fue de él. ¿Quizás estará en algún museo o lo tendrá algún coleccionista muy importante? La respuesta es que no lo sabemos porque no hay noticias de él desde el 2015, pero a buen seguro que está bien cuidado. Fue vendido por 3,3 millones de euros por la prestigiosa casa de subastas Bonhams a un afortunado, sin duda. Anteriormente a su última aparición, sabemos que sus inicios fueron españoles ya que fue expuesto en el Salón del Automóvil de Barcelona en 1973 además de en otras exposiciones en nuestro país. Tras ello, un empresario lo lució por Benidorm, el lugar perfecto para ello. Y tras ello, en los 80 se convirtió en una preciada pieza de coleccionista, ya fuera de España. Ahora mismo, a buen seguro se encuentra entre los objetos que todo gran coleccionista gustaría poseer. Tiene muchos ingredientes para ello: deportivo italiano de los 70, vehículo que hoy en día no desentonaría, y referente y punto de partida de diseño para otras grandes creaciones como el Lamborghini Countach, el DeLorean DMC-12 o el Lotus Esprit, entre otros ejemplos.

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