Siempre decimos que para aprender a conducir rápido y seguro, el karting es esa gran escuela que te hace comprender como conseguir las décimas que te faltan y sentirte como tu piloto favorito dentro de pista. Podemos sentir sensaciones únicas, pero hay otras formas de divertirse y mejorar como piloto.
Nos referimos a las tan "cotizadas" y ansiadas tandas que todo amante del mundo del motor sabe cuando y donde ocurren. Unas veces será para participar en ellas activamente como piloto, copiloto o acompañante, y otras será simplemente para acudir como espectador.
Antes de profundizar en las tandas, podemos decir que son sesiones de práctica en circuito cerrado, normalmente abiertas a pilotos no profesionales. No suele ser competición pura y dura, aunque ¿quién no se ha picado en unas tandas con otro u otros participantes? Va en los genes y la competición suele estar presente en la mente de los que van a un circuito, aunque sólo sea para quedar en la posición 29 y no en la 30, el caso es competir con alguien. Seguro que sabéis a qué me refiero, ¿a que sí? No hace falta que respondáis, lo tengo cristalino.
Las tandas de motos o coches para aficionados son como una quedada con tus colegas en los karts, pero en circuito para vehículos reales. Uno de los puntos importantes es decidir si entras con tu propio vehículo, desafío interesante donde los haya, o con otro vehículo alquilado que generalmente los circuitos ponen a disposición de los clientes que desean pasarlo bien dentro del circuito.
Los pros de ser tan osado de cruzar a boxes con tu propio vehículo es que podrás sacarle el máximo teniendo en cuenta el límite del binomio conductor-vehículo. Nadie conoce mejor que uno mismo a su vehículo, así que tendremos el cuidado que éste necesita, aunque sea de manera inconsciente. Nunca haremos fallar la mecánica de manera premeditada y la satisfacción conseguida al final de la tanda no tiene precio. Por otra parte, los contras suelen ser económicamente importantes. Nos referimos a todos los consumibles tipo neumáticos, pastillas de frenos, combustible y demás parientes. Esto unido al precio de las tandas y las posibles averías o desperfectos que podamos ocasionar a nuestro amado vehículo, pueden suponer un desembolso del que será complicado recuperarse en el corto plazo.
La otra opción es alquilar el vehículo o vehículos que los circuitos o empresas especialistas en tandas dedican para ello. Los pros creo que están claros, sobre todo el no poner tu propio vehículo que tanto cuesta pagar en riesgo dentro de la pista. Otra cosa que a mí me gusta mucho es la posibilidad de probar diferentes modelos en una misma pista. Por ejemplo no tengo claro si probar el McLaren MP12C o el Lamborghini Gallardo, pues os alquilais unas vueltas en ambos y a gozar. Los contras pueden ser varios, pero en mi opinión el más importante es que apenas tienes tiempo de aclimatarte al vehículo que estás conduciendo. La primera vuelta debería ser de conocimiento del vehículo, pero si hacemos eso ya "perdemos una" de disfrute máximo. La última vuelta siempre es de entrada a boxes, por lo que en cierta manera también perdemos otra ya que no exprimimos al bólido en el último tercio de vuelta ni podemos ir a fondo en la recta de meta.
Cada uno decide cual es la mejor opción para él, lo que está claro es que las tandas de vehículos en circuito son una de las herramientas más productivas y divertidas a las que los aficionados al motor podemos optar. El desembolso necesario es importante, pero el dinero bien invertido, que no gastado, está magnifícamente invertido si lo usamos en lo que nos apasiona y nos aleja, al menos momentáneamente, de los problemas diarios.
Adrián Osés, Locos del Motor
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