Como se suele decir comúnmente la teoría está muy bien y siempre cuadra, pero cuando se trata de práctica, los resultados no siempre son los esperados y siempre pueden darse sorpresas. Hasta que no se prueba no se sabe a ciencia cierta como funcionará lo que queramos ver.
Claro ejemplo son los números en los vehículos. No por tener más potencia un vehículo será más rápido que otro, o no por tener menor peso un vehículo frenará antes que otro, o no por tener un mejor consumo medio un vehículo llegará más lejos que otro.
La teoría puede decirnos que sí a los ejemplos que planteamos. Un vehículo más potente será más rápido, un vehículo más ligero frenará antes, o un vehículo con menor consumo llegará más lejos. Pues si no tenemos en cuenta ninguna otra variable o todas las demás son iguales entonces sí.
Pero como suele pasar en el 99% de los casos, todo es multi-variable o multi-causa y al final varias variables se combinan para tirar al traste la teoría. Ejemplos hay muchos, por seguir con los del principio, un vehículo puede ser más potente, pero ser más lento por tener mayor peso que su contrincante. Un vehículo más ligero puede tardar más en frenar porque su sistema de frenado es peor que el de otro vehículo o calza peores neumáticos. Y el tercer ejemplo, un vehículo con menor consumo medio puede no llegar tan lejos como otro que tiene mayor capacidad de combustible en su tanque.
Ejemplos sencillos para entender el mensaje, la teoría está muy bien, pero hay que probar las cosas, como en el vídeo de hoy. Se pone a prueba a 5 de los compactos más deseados del momento (algunos ya con unos años de vida) en 3 modalidades diferentes y los ejecutores de la prueba quedan sorprendidos, y quizás algunos de vosotros también.
Se miden el Ford Focus RS, el Audi S3, el Volkswagen Golf R, el BMW M140i y el Mercedes-Benz AMG A35. Aceleración de 0 hasta un cuarto de milla (drag race), aceleración desde 70 millas por hora hasta una distancia corta (rolling race), y frenada desde velocidad constante hasta parado (brake test). Interesante y a la vez injusto porque otra vez comparamos peras con manzanas, pero merece la pena verlo:
Claro ejemplo son los números en los vehículos. No por tener más potencia un vehículo será más rápido que otro, o no por tener menor peso un vehículo frenará antes que otro, o no por tener un mejor consumo medio un vehículo llegará más lejos que otro.
La teoría puede decirnos que sí a los ejemplos que planteamos. Un vehículo más potente será más rápido, un vehículo más ligero frenará antes, o un vehículo con menor consumo llegará más lejos. Pues si no tenemos en cuenta ninguna otra variable o todas las demás son iguales entonces sí.
Pero como suele pasar en el 99% de los casos, todo es multi-variable o multi-causa y al final varias variables se combinan para tirar al traste la teoría. Ejemplos hay muchos, por seguir con los del principio, un vehículo puede ser más potente, pero ser más lento por tener mayor peso que su contrincante. Un vehículo más ligero puede tardar más en frenar porque su sistema de frenado es peor que el de otro vehículo o calza peores neumáticos. Y el tercer ejemplo, un vehículo con menor consumo medio puede no llegar tan lejos como otro que tiene mayor capacidad de combustible en su tanque.
Ejemplos sencillos para entender el mensaje, la teoría está muy bien, pero hay que probar las cosas, como en el vídeo de hoy. Se pone a prueba a 5 de los compactos más deseados del momento (algunos ya con unos años de vida) en 3 modalidades diferentes y los ejecutores de la prueba quedan sorprendidos, y quizás algunos de vosotros también.
Se miden el Ford Focus RS, el Audi S3, el Volkswagen Golf R, el BMW M140i y el Mercedes-Benz AMG A35. Aceleración de 0 hasta un cuarto de milla (drag race), aceleración desde 70 millas por hora hasta una distancia corta (rolling race), y frenada desde velocidad constante hasta parado (brake test). Interesante y a la vez injusto porque otra vez comparamos peras con manzanas, pero merece la pena verlo:
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