Tanto en las carreras como en carretera, para poder desplazarnos y controlar el vehículo debemos “combatir el viento” de forma eficiente y para ello hay ciertos elementos que ayudan a mejorar la aerodinámica.

Como su propio nombre indica, aerodinámica se refiere al movimiento del aire o contra el aire y es un término muy utilizado en automoción. Decimos que cuanto más aerodinámico es algo (un coche por ejemplo) menor resistencia al aire/viento experimenta, por tanto los fabricantes de automóviles intentan fabricar vehículos lo más aerodinámicamente eficientes para poder aumentar prestaciones.

Menor consumo, mayor velocidad, mayor seguridad, mayor agarre, mayor aceleración, y un largo etcétera de ventajas. Ahí es donde entra en juego la ingeniería para encontrar el mejor balance posible entre cada una de las variables que intervienen.

Si nos fijamos en la naturaleza, hay infinidad de mecanismos aerodinámicos que después se han intentado “copiar” en automoción. Por ejemplo, los picos o las alas de los pájaros difunden el aire o los sostienen para volar. La forma alargada de los reptiles les hace ser rápidos cuando tienen que escapar. O también la cola de los felinos les sirve de equilibrio a la hora de hacer una carrera para atrapar a una presa.

Hay mil ejemplos, y por supuesto también en aerodinámica, pero hoy os vamos a contar cuales son los 5 elementos clave en la aerodinámica de vehículos y en que consisten.

En la parte delantera, los splitter lo que hacen es separar el aire permitiendo “cortar” el viento y evitar el golpe brusco del mismo sobre el vehículo. Los faldones laterales o frontales hacen el mismo efecto, pero en menor medida ya que el aire no les llega con tanta fuerza.

También en la parte delantera o laterales se suelen colocar aletas que funcionan de forma similar a las de los peces, ya que cortan el aire de manera que suman o restan carga aerodinámica al vehículo según estemos acelerando o frenando. El flujo de aire se dirige según nos convenga con estos elementos y para ello se hacen estudios en túneles de viento o se prueba en carrera/circuito.

También se suelen dirigir corrientes de aire a través de los vehículos para ganar en velocidad o manejabilidad y de paso refrigerar los componentes como el motor y el radiador por ejemplo. Según en que competiciones, las entradas y salidas de aire son tan grandes que hay que mover otros componentes del vehículo a zonas donde “molestan menos” para mejorar la aerodinámica.

Al igual que la parte frontal del vehículo, en la parte trasera es importante dirigir el flujo de aire para poder ganar en velocidad y estabilidad. El difusor es el elemento clave y según en que competiciones puede ser determinante. Se coloca en la parte trasera inferior y evacúa el aire que pasa bajo el coche produciendo un gran aumento de velocidad. Vendría a ser parecido a la cola de los peces.

El aire que pasa sobre el vehículo también puede ser aprovechado gracias al alerón. En este caso actuaría de forma similar a la aleta dorsal de pez, y gracias a él podemos conseguir que el coche se pegue al suelo a alta velocidad o utilizar el flujo de aire según nos convenga dependiendo de la situación. Incluso algunos alerones son móviles para sacarles todavía mayor rendimiento.

El resto de elementos aerodinámicos no son tan importantes como los 5 nombrados, pero también pueden decantar la balanza en una carrera. Para un uso habitual de un vehículo de serie no merecen la pena, pero cuando hablamos de milésimas todo cuenta y por ello los fabricantes invierten tanto en I+D de aerodinámica, sobre todo cuanto más caro es el vehículo.


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