Hoy recordamos uno de los momentos más recordados del mundo de los Rallys. Fue hace más de 30 años, pero los buenos aficionados sin duda saben de este momento. El piloto finlandés Ari Vatanen iba pilotando su Opel Manta al límite en el Manx Rally de 1983, cuando su copiloto Terry Harriman hizo una pausa en sus notas y exclamó el famoso grito de: "Ohhh, dear god". La verdad es que no es para menos. Ari Vatanen hizó uso de sus fantásticas dotes de pilotaje para evitar un gran accidente. De hecho, el finlandés, dominó su coche para hacerlo pasar a través de una una puerta para ganado cuando el control parecía perdido. Como anécdota, pincharon una de sus ruedas en la maniobra, pero siguieron a fondo hasta el final del tramo como si nada hubiese pasado. Simplemente épico, ¡disfrutad del vídeo!

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