Las condiciones invernales pueden ser realmente duras y atacar a nuestro vehículo, es por eso que las marcas se aseguran de llevar sus prototipos a lugares extremos donde las condiciones son exageradamente duras y se mantienen a lo largo del tiempo. En nuestra vida estas condiciones podrán ocurrir, pero no todos los días, por lo que estas pruebas aseguran el buen funcionamiento de nuestro coche una vez lo hayamos comprado.
En este caso, BMW ha llevado su BMW i5 a los lugares más fríos del planeta y lo ha puesto al límite. Sus aplicaciones y características han pasado la dura prueba con éxito y han probado la madurez del modelo alemán de quinta generación eDrive technology.
El i5 es el primer Serie 5 de funcionamiento 100 % eléctrico y el programa de pruebas al que ha sido sometido ha durado un año completo. Las bajas temperaturas y las superficies de bajo agarre fueron protagonistas, además de carreteras secundarias, alguna autopista y pistas forestales.
Claramente, los sistemas de control del i5 han probado sus prestaciones optimizando la tracción, la dinámica y la estabilidad. Como no podía ser de otra manera, el lugar de inicio y final de los "extremely winter tests" ha sido el centro de pruebas del Grupo BMW en Arjeploj (norte de Suecia), pero no ha sido la única sede. Para llegar a la extrema Laponia, el BMW i5 inició un viaje de 5 días desde Munich (Alemania), hasta llegar a la pista de pruebas del Círculo Polar Ártico.
Las temperaturas bajo cero "apretaron" a los sistemas de potencia, baterías, cableado eléctrico, sistema de calefacción/enfriado, etc en un largo viaje. Tuvieron que hacer cargas de sus punteras baterías con temperaturas negativas sin sufrir problemas. Lo mismo para los sistemas mecánicos como frenos, chasis, dirección o suspensión, que probaron más que de sobra su sobresaliente actuación frente a las condiciones invernales extremas durante el viaje.
Tras los lagos helados y el circuito invernal sueco, también se aprovecharon los meses más desfavorables para recorrer los alrededores de Munich durante muchos días, probando nuevamente que el nuevo i5 seguía respondiendo sin problemas relevantes. A continuación, los Alpes, y de nuevo, de vuelta al Círculo Polar Ártico. Un viaje gélido que sin duda fue la prueba más extrema a la que nunca un i5 tendrá que someterse.
Queda claro que si nos compramos un BMW i5 y nos vemos envueltos en condiciones extremadamente frías como por ejemplo cuando nos vamos a una zona de esquí, podemos estar tranquilos de que nuestro nuevo vehículo no nos dejará tirados, ya que todos sus sistemas, eléctricos o mecánicos, funcionarán como deben hacerlo, sin fallo alguno. No importará la temperatura, la cantidad de hielo, la cantidad de nieve o cualquier otra adversidad, nuestro BMW i5 se asegurará de llevarnos a casa sanos y salvos.
Adrián Osés, Locos del Motor.