Normalmente, los vehículos del mismo segmento o categoría suelen ser, en concepto, muy similares. Nos referimos a que los componentes suelen ser los mismos, con prácticamente ninguna variación reseñable entre ellos. Las diferencias suelen estar en el diseño general, pero no en la funcionalidad y funcionamiento de los componentes.
El caso es que, siempre hay alguien o algo, que se sale de lo habitual y también hay ejemplos en el mundo del automóvil. Hoy hablamos del Peugeot 1007, y de sus puertas, totalmente diferentes a las de cualquier turismo de serie. No son las puertas de alas de gaviota de algunos superdeportivos, pero sí son puertas correderas, muy típicas de las furgonetas o vehículos comerciales, usualmente en sus laterales.
El 1007 de la marca francesa monta 2 puertas correderas, una en el lado del piloto y la otra en el del copiloto. Son las únicas puertas del vehículo, sin contar el portón trasero. Es curioso que un vehículo no comercial, monte este tipo de puertas, pero por otra parte, por algo será que no es una solución extendida entre otros modelos de la marca o de competidores.
Hay que reconocer que tienen sus ventajas, como por ejemplo no tener problemas de toques con otros vehículos en las subidas y bajadas de ocupantes en los parkings, o que el viento no te cierre la puerta de forma inesperada cuando estas subiendo o bajando del 1007. Pero por otra parte, los puntos negativos son importantes, ya que suelen generar problemas con el motor de cierre de puertas auotmáticas o con la sirga de apertura/cierre. También se pierde cierto espacio a la hora de acceder a los asientos traseros del coche debido a que la puerta se queda abierta en esa zona.
También podemos pensar que las puertas del 1007 son una solución comercial, y por tanto, de reducción de costes y búsqueda de funcionalidad. Y quizás no estemos tan lejos de la realidad de la decisión tomada por la marca francesa en su época. Por otra parte, podemos pensar que fue una de esas "ideas felices" totalmente diferente al resto de los cauces de diseño de sus competidores. ya sabemos que un giro tan radical a un producto es muy arriesgado y, o bien, puede triunfar y después ser extendido a prácticamente todo el mercado, o bien es un fracaso que se queda como un mal recuerdo, reflejado en en ese modelo de por vida.
Y vosotros, ¿como veis esta apuesta arriegada en un modelo? ¿Os compraríais el Peugeot 1007 por sus puertas "revolucionarias"? ¿Veis otras ventajas que nosotros no hemos visto? Echad un vistazo en detalle en este vídeo:
Adrián Osés, Locos del Motor